Llegaron las deseadas vacaciones de verano. Tras un largo curso escolar, los niños afrontan con ilusión unos meses de diversión. Mientras, los padres y madres miran cómo organizar a los niños y alimentación sin cole y sus horarios laborales. Ya lo sabéis vosotros, ¡todo un reto! Dado que unos de los días más soñados y disfrutados del año son los de vacaciones en familia, merece la pena que no se estropeen.
Las rutinas en los niños y alimentación
Marcar unas sencillas rutinas para los más pequeños de casa pueden ayudarte a disponer de más tiempo libre y descanso. Rutinas como horarios de levantarse e ir a la cama, de comidas y cenas, ratitos de deberes, espacios para hacer manualidades, momentos para juegos de mesa, ejercicio físico, piscina, juegos activos,…
Busca espacios abiertos donde los niños puedan correr y hacer actividad física. Con las nuevas consolas, ordenadores y juegos, es fácil que se les pasen las tardes delante de las pantalla cayendo en las redes del sedentarismo. Si a esto sumamos que en verano es probable pasarse con la comida: fast food, helados ricos en nata y azúcar… y también, que por el calor se quede corto el tiempo de ejercicio, se puede propiciar un aumento de peso nada deseable.
Planifica los menús
Los pequeños pueden participar en su diseño, aportando sus ideas y así los podrás reorientar. Por ejemplo si te piden unos macarrones, anímalos a hacerlos con trocitos de tomate fresco, maíz, cubitos de pechuga de pollo, huevo duro, lechuga cortada muy finita y un aliño de aceite de oliva virgen y albahaca. Importante, poner color a los platos y hacer presentaciones bonitas. No hace falta ser un gran experto para conseguir platos vistosos ni pasar demasiado tiempo en la cocina.
- Deja que te ayuden en la cocina. ¡Si en realidad les encanta cocinar! Puedes idear recetas sencillas como unas brochetas de gambas, tomates mini, calabacín y piña. Acompáñalas con una ensalada de arroz integral. Los niños se comen mucho mejor aquello que ellos mismos han cocinado por lo que es una buena estrategia jugar a ser chefs. ¡Está de moda!
- Otras propuestas sencillas son una ensaladilla rusa con gambas, atún y mayonesa casera, ensaladas variadas de arroz o pasta o legumbres, pavo a la plancha con chips de verduras, entre muchas otras.
- Los platos únicos o platos combinados con un yogur o fruta de postre, son fáciles de preparar y son muy saludables si se basan en la Dieta Mediterránea.
- Vigila con los tentempiés. El picoteo entre horas puede acabar convirtiéndose en un festival de patatas fritas, snack llenos de sal, azúcar y grasas, gominolas y un sinfín de productos que deberían ser de consumo esporádico. Opta por tentempiés, meriendas y aperitivos saludables. Tienes una multitud de opciones como yogur con frutos secos y arándanos u otra fruta, rollitos de jamón cocido extra con queso y tomate, batido de frutas, hummus de garbanzos con bastoncillos de zanahoria, barritas de cereales o brochetas de melón y sandía con cubos de pechuga de pavo.
- Ten siempre agua a mano, la hidratación es fundamental. Los niños suelen olvidarse de beber cuando están jugando, lo cual no significa que no tengan sed. El agua del organismo cumple con funciones vitales, entre ellas la regulación de la temperatura corporal. Un niño en constante movimiento necesita liberar el calor y para ello es imprescindible que beba agua. Las recomendaciones están en unos 5 vasos de agua, que se corresponden a 1,2 litros, aproximadamente. Recuerda que los zumos y los refrescos, aun y ser un aporte de líquido, contienen muchos azucares. Una posibilidad es diluir en agua un poco de zumo de limón, de sandía u otra fruta fresca, dándole a esta un toque de sabor que la hace más apetecible.
- Los padres sois su modelo. Los niños observan atentamente aquello que los padres hacen, aprenden imitando. Así, que ya tienes mucho ganado para introducirles hábitos saludables.
Hidratación, menús saludables, buenos hábitos y disfrutar mucho de los niños. ¡Qué gran verano nos espera!