El pan casero es uno de los alimentos más tradicionales de nuestra alimentación y cultura. La Dieta Mediterránea, dieta que ha mostrado múltiples beneficios para la salud, refleja el pan en la base. Esto significa que recomienda un consumo muy habitual, por no decir diario, de este alimento.
El pan aporta principalmente hidratos de carbono complejos. Esto se debe a que se elabora a partir de harina de cereales. El más habitual es el trigo, aunque se puede elaborar a partir de diferentes cereales. Actualmente el pan de centeno, de espelta, de trigo sarraceno o una mezcla varios cereales, se pueden encontrar en las panaderías. Dependiendo del cereal con el que se elabore, obtendrás un pan con o sin gluten. Además, por otro lado, el pan también aporta vitaminas del grupo B y una cantidad relevante de fibra, cuando se elabora con harina integral.
Existen muchos tipos de pan diferentes y una enorme cantidad de recetas distintas para su elaboración. La barra, el de molde, el pan de pueblo o rústico, el pan de payés o la torta de aceite son los panes tradicionales más habituales en nuestro país. También se consume mucho, en los últimos años, el pan elaborado con masa madre. Se trata de una masa que contiene fermentos propios de la harina. Con las condiciones adecuadas, genera la fermentación de la masa de manera espontánea.
Cómo hacer pan casero
El pan se elabora con ingredientes muy básicos. Solamente necesitas harina, agua, levadura y sal. Para hacer la receta tradicional es suficiente con estos cuatro alimentos. A partir de aquí, como decíamos, existen recetas de pan que incluyen otros ingredientes como aceite, mantequilla, huevo, azúcar, miel, semillas o especias de diferentes tipos. Con ellos se pueden elaborar baguettes, hogazas, pan de molde, etc.
Para hacerlo, el secreto es amasar adecuadamente. Hoy en día existen máquinas panificadoras. Estos electrodomésticos facilitan el proceso de amasado, que puede ser el más engorroso. Si te gusta prepararte tu propio pan, puede ser una forma de ahorrar bastante tiempo en la elaboración.
Receta de pan casero
Te proponemos una de las recetas más sencillas de pan, para que puedas iniciarte. A partir de aquí, puedes experimentar, añadiendo diferentes ingredientes o modificando el tipo de harina. Probando diferentes recetas de pan casero.
Esta receta es bastante rápida y sencilla, por lo que te llevará solamente unos 20 minutos preparar la masa. Necesitarás, a parte de los ingredientes, dos bols grandes y un bol más pequeño.
Ingredientes:
- Harina de trigo integral 500 g
- Levadura fresca 15 g
- Agua 300 ml
- Sal 3 g
Elaboración
Empieza por poner la harina en un bol y mézclala con la sal. Remueve bien, para que la sal se reparta entre toda la harina. A continuación, disuelve la levadura en el agua que habrás templado previamente. Incorpórala al bol de harina, poco a poco removiendo para que se integre correctamente.
Mézclalo todo, amasando, hasta que la masa no esté tan pegajosa. Será el momento de pasar toda la masa sobre la encimera (bien limpia, eso sí) enharinada para comenzar a amasar. El amasado se debe hacer moviendo la masa desde fuera hacia adentro. Es decir, cuando tengas una masa que se pegue poco, coge la parte del borde y llévalo hacia el centro. Repite este proceso durante unos 10 minutos, aproximadamente. Cuando ya no se te pegue en las manos, coge un bol grande y limpio y pásala para que repose. Déjala durante un par de horas hasta que aumente su volumen de una forma considerable.
En este paso, es interesante que la masa esté cerca de alguna fuente de calor. Sobre todo, en invierno ya que la temperatura ambiente es más baja y podría no ser suficiente para que fermente adecuadamente.
Pasado este tiempo, vuelve a pasar la masa a la encimera y estírala levemente para que pierda un poco del gas que se ha formado en la fermentación. Para terminar, dale la forma que quieras y realiza unos cortes en la parte superior. A continuación, sobre la bandeja del horno y tapada con un trapo limpio y seco, deja que repose durante una hora más. La masa volverá a aumentar.
Para terminar, métela en el horno, precalentado a 250 ºC, y deja que se cueza durante unos 40 minutos. En este momento quedará un pan más tierno si la rocías con unas gotas de agua de vez en cuando. Termina de cocinarla bajando la temperatura a 220 ºC y dejándola unos 30 minutos más.
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