Los meses de más frío son los más que afectan a nuestro cuerpo. Con ello tu organismo tiende a debilitarse, y con los cambios bruscos de temperatura el sistema inmunitario puede verse afectado. El cuerpo, para poder mantener la temperatura corporal, necesita realizar un trabajo más intenso. Debido a estos factores a los que estás expuesto a diario y al estilo de vida ajetreado que llevas, el sistema inmunitario puede debilitarse y exponer tu organismo a diferentes situaciones adversas. Te damos unos consejos para fortalecerlo. ¡Cuida tus defensas!
Los tres factores que afectan a las defensas
Para mantener tus defensas a pleno rendimiento, lo mejor es actuar sobre estos puntos imprescindibles en el día a día: la actitud mental, la actividad física y la alimentación.
Actitud mental para las defensas
Vive con optimismo, con alegría y, ¡disfruta de los beneficios de la risa! Relájate, piensa, reflexiona, duerme bien y las horas necesarias. El descanso nocturno también ayuda a mejorar el organismo. Un sueño reparador ayuda a que las defensas trabajen mejor para protegernos de las bajas temperaturas.
Actividad física
El ejercicio sienta muy bien porque nos ayuda a fortalecernos. Entrena al cuerpo para volverse más resistente. Además, el deporte aporta otros beneficios en tu día a día. Como tener una mayor resistencia, energía y flexibilidad. Mantener un nivel adecuado de las defensas te ayuda a conservar la energía y a tener un buen estado de salud para afrontar todas las actividades de tu día a día y gozar de una buena calidad de vida.
La alimentación para las defensas: vitaminas y minerales
Apuesta por una alimentación saludable y equilibrada, potenciando alimentos que sean fuente de vitaminas y minerales. La alimentación influye directamente en la salud de las defensas y juega un papel fundamental.
Entre los nutrientes más implicados encontrarás la vitamina C, un intenso antioxidante con mayor contenido en frutas tales como las naranjas, las mandarinas, los kiwis y el mango o en las verduras como el brócoli, el pimiento rojo y las espinacas. Si quieres conocer más a fondo esta vitamina, mira nuestro artículo sobre la vitamina C en invierno.
La vitamina A contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario, esta vitamina proviene de fuentes animales como los huevos, la carne o el queso y también de verduras. Como el brócoli, la espinaca y la mayoría de las hortalizas de hoja verde, donde lo hace en forma de betacarotenos (que luego se transformarán en vitamina A).
La vitamina B6 la puedes obtener del aguacate, las legumbres, las nueces o la carne. En cambio, la vitamina B12 se encuentra en una amplia variedad de alimentos de origen animal, como la carne y los elaborados cárnicos. Y la vitamina D se localiza en los lácteos o los pescados, también se forma en la piel con la acción de los rayos solares.
Encontrarás los minerales como el selenio en el huevo, los cereales integrales, las legumbres, las carnes y los pescados. El zinc en los quesos curados, los mariscos, las legumbres, el huevo y los frutos secos. Y el hierro en los alimentos de origen animal y también en las verduras de hoja verde, los cereales integrales y los frutos secos.
Evita el consumo de tabaco y la ingesta de alcohol, sobrelleva el estrés, practica ejercicio físico y tómate tiempo para ti. Esto te ayudará a recuperar la energía y a mantener tus defensas activas. ¡Llena tus defensas de la energía que necesitan con una alimentación saludable! Si quieres mejorar tus hábitos, no te pierdas el Plan bienestar, con un test para valorar tu estilo de vida y trucos para potenciar tu mejor versión.