El consumo de pavo en España hace veinte años era anecdótico. Desde entonces, ha ido aumentando y, prácticamente, se ha duplicado en los últimos diez años. La percepción es la de una carne de pavo sana, baja en grasa y de fácil digestión.
Es cierto, la carne de pavo contiene menos cantidad de grasa y de colesterol en comparación con otras carnes, sobre todo, si se consume sin piel ya que es donde se concentran más lípidos.
Cocinando las pechugas -las partes más magras- a la plancha, se consigue un plato nutritivo y apto para los estómagos más delicados. También se pueden cocinar al vapor, si aún necesitamos un plato más suave. Los embutidos de pavo son una opción para el día a día y, además, pueden ser una solución en la dieta cuando tenemos una indigestión. Si el embutido de pavo es Sin Grasa, como la Pechuga de Pavo BienStar, es de más fácil digestión y es una opción ideal para rellenar los bocadillos de toda la familia o para hacer unas recetas fáciles de aperitivos saludables.
Las proteínas de la carne de pavo
Los nutrientes mayoritarios en la carne de pavo son las proteínas. Se trata de proteínas de alto valor biológico, es decir, que contienen todos los aminoácidos que el organismo no puede fabricar y se han de incorporar con los alimentos, por eso, es una opción perfecta para aquellos que necesitan una gran cantidad de proteínas de alta calidad en su dieta, como los deportistas.
En cuanto a minerales, destacan el magnesio, el potasio, el fósforo, el zinc, y el selenio, estos dos últimos con propiedades antioxidantes, que contribuyen a la protección de las células frente al estrés oxidativo. Sobre las vitaminas, las principalmente presentes son la B6 y la B12.
Podemos consumir el pavo en muchos platos, como primeros y segundos, aperitivos o complementando platos únicos, y con diferentes cocciones. Tiene un sabor suave y combina muy bien con muchísimos ingredientes, por lo que será fácil comer diferente cada vez que lo preparemos. ¡Anímate a introducir esta carne en tu dieta habitual!