Casi cada día nos llega la noticia de una nueva dieta que, entre sus instrucciones, anima a seguirla porque se pierde peso rápido y casi sin esfuerzo. Las dietas milagro juegan con nuestras ansias de cambiar, por eso a veces sucumbimos a estas “soluciones” exprés fraudulentas.
¿Se puede perder peso rápido con las dietas milagro?
Depende. Los primeros kilos que se pierden tras iniciar una dieta, en general, son a base de agua. Para comenzar a perder grasas instaladas en nuestro cuerpo, deben pasar unos días en los que el gasto de energía, sea mayor que las calorías que consumimos. El cuándo comience esta “combustión” de las grasas depende de cada persona.
El ejercicio físico es una clave fundamental, aunque también lo es la cantidad y la calidad de la dieta. No es lo mismo tomar una fruta que un vaso de zumo, a pesar de que las dos porciones tengan similar número de calorías. Una fruta tiene menor cantidad de azúcares de absorción rápida y, los que hay, se absorben de manera gradual gracias a la fibra. En un zumo, al eliminarle la pulpa, la fibra, el azúcar se absorberá mucho más rápido y, además, al poco tiempo volveremos a tener hambre.
La verdad sobre las dietas milagro
Hacer ayuno, o comer muy poco, durante una temporada tampoco garantiza que se acelere la pérdida de peso y, además, se puede poner en juego la salud. Lo que sí es una certeza, es que el cuerpo necesita una incorporación constante de nutrientes para funcionar correctamente. Por ejemplo, necesita proteínas para fabricar infinidad de componentes del organismo, como células del sistema inmunitario; hidratos de carbono para alimentar las células, como las neuronas, para que el cerebro no nos juegue malas pasadas; vitaminas para combatir la oxidación del cuerpo… En definitiva, no podemos dejar de comer, toda dieta tiene que asegurar el aporte mínimo de nutrientes.
Sin esfuerzo no hay recompensa, nos animaban de pequeños. Llámese esfuerzo, tesón, voluntad, predisposición… “¡No me cuesta nada!” o “me cuesta horrores”, escucharemos; a unas personas les será más fácil que a otras seguir una dieta. Pero, para cambiar de hábitos, hay que buscar la motivación y ser constante, porque la finalidad es cambiarlos y mantenerlos en el tiempo. Tal como lo plantean las dietas milagro, se trata de hacer un patrón de comidas -o ayuno- una temporada, pero… ¿luego?, ¿cómo sigo? Evidentemente, si retomamos los antiguos hábitos, volveremos al mismo estado del que comenzamos.
¿Qué dieta funciona?
- Si vives en familia, anima a todas las personas de tu alrededor a comer más sano. ¡Entre todos es más fácil!
- Ordena tus compras y tus comidas. Evita tener en la despensa alimentos procesados cargados de azúcar como refrescos, galletas y bollería industrial.
- Planifica comidas que contengan verduras y hortalizas, legumbres y cereales integrales. Varía entre carnes magras, pescados y huevos. Para picar, frutos secos y frutas.
- Cocina recetas que no incorporen mucho aceite, evita las frituras.
- Bebe suficiente agua o líquidos sin azúcar y sin alcohol, alrededor de 1,5L al día.
- Si un día no cumples con los requisitos de una ingesta saludable, no desesperes. Piensa en todo el camino que llevas recorrido y retómalo al día siguiente.
- También intenta sumar actividad física a tus rutinas, puede ser la práctica de un deporte, bailar o caminar de forma rápida.
Así de simple, sin medidas rocambolescas. Y paciencia. Porque la pérdida de peso no se produce de un día para otro, es un proceso. Si, aun así, no obtienes resultados a medio plazo, puedes ponerte en manos de profesionales de la nutrición o de la medicina, que pueden ver más allá y apoyarte en tu camino para perder peso.