Cuando caen las hojas de los árboles empezamos a contemplar un paisaje lleno de colores anaranjados y amarronados que hacen intuir la llegada del otoño. Una de las peculiaridades de esta estación es que podemos encontrar en parques y calles los típicos puestos de castañas recién asadas, que sientan genial en las tardes lluviosas y frías del otoño. ¿Sabías que además de deliciosas, las castañas son una merienda saludable? ¡No dejes de leer y descubre por qué!
La composición nutricional de las castañas
La castaña es un fruto seco con una composición de nutrientes distinta de los demás, lo que la convierte en un alimento con propiedades muy singulares dentro de este grupo. ¡Conoce a continuación las 4 peculiaridades que la hacen distinta!
- Es bastante baja en calorías, ya que por cada pequeña ración sólo aporta unas 30 calorías, así que es una buena opción para seguir una dieta equilibrada y variada.
- Su contenido en grasas es bajo y se limita a un 2% del total de nutrientes, lo que la hace un alimento para tener en cuenta en dietas con restricción de grasas. Además, gran parte de estas grasas son insaturadas, justamente las que debemos priorizar en nuestra dieta.
- La castaña es el fruto seco con más azúcares. Aunque gran parte de ellos se trata de hidratos de carbono complejos en forma de almidón, conviene no abusar, pudiendo disfrutar de una ración que oscile entre los 20 y los 30 gramos.
- Otra característica que hace de la castaña un fruto seco peculiar es que no es tan seco como los demás, ya que contiene casi un 50% de agua en su composición.
Maneras de tomar las castañas
La mejor forma es consumirlas en crudo si quieres conseguir el mayor número de nutrientes, aunque las castañas admiten otras preparaciones culinarias que pueden resultar apetitosas.
No hay nada como las castañas asadas para lograr entrar en calor, especialmente en los días más fríos del otoño. Esta opción permite realizar un tentempié sano a media tarde, en sustitución de meriendas menos saludables como la bollería clásica.
También puedes convertirlo en un estupendo primer plato si las hierves o las haces puré, a modo de alternativa a otros alimentos ricos en hidratos de carbono como los cereales o las patatas. Aliñadas con un poco de aceite y sal, igualmente son una guarnición original para todo tipo de carnes.
Además, puedes combinar las castañas tanto con alimentos dulces como salados, ya que también quedan genial con macedonias de frutas o yogures.
Consejos para comprar y conservar las castañas
Cuando vayas a comprar castañas, aparte de revisar que tengan un color marrón vivo, es importante que las palpes (con un guante, eso sí) muy bien para comprobar que están lo suficientemente duras.
En casa las puedes mantener a temperatura ambiente un par de meses, pese a que, si las quieres conservar por más tiempo, es aconsejable que las peles y las guardes en la nevera. Si optas por esta segunda opción, te recomendamos que previamente las remojes y las hornees, para que te cueste menos desprender la cáscara.
Ahora que conoces las singularidades de las castañas, ¡disfruta de ellas todo el otoño! Si quieres mejorar tus hábitos, no te pierdas el Plan bienestar, con un test para valorar tu estilo de vida y trucos para potenciar tu mejor versión.